9.10.2010

Capítulo 19

Como en todo barrio, los rumores corren rápido, y Agustín era el héroe del suyo.

El martes cuando salió del colegio para irse a su casa, todos los padres de la escuela lo felicitaban y le decían que deje bien parado al barrio cuando le toque jugar. Todos se pensaban que Agus iba a jugar en primera, cosa que a él le molestaba explicar ya que veía su máximo sueño imposible de realizarse cada vez que lo hacía.

Esa tarde fue como todas las demás salvo por su cabeza, que pensaba en su sueño y en el llamado que le había hecho ayer a la noche Ana.

La semana pasó muy lenta para Agustín. Colegio, estudio, ir a lo de su amigo el Pelado y pensar e imaginarse lo que sería cumplir su sueño.

Boca jugaba el domingo frente a Arsenal al mismo horario que jugaba River contra Banfield, ya que los dos estaban punteros a solo dos fechas de terminar el torneo. La ilusión de ganar el campeonato en el clásico y en la Bombonera era algo que Agus no podía dejar de pensar.

El domingo había llegado y todos se habían levantado temprano para prepararse para ir a la cancha de Arsenal a ver a Boca.

Ya cerca del mediodía el teléfono sonó. Agustín atendió y para su sorpresa era Ana que lo llamaba para arreglar los detalles del día de cancha. Confundido, Agustín le preguntó a Ana si también trabajaba los domingos y ella le respondió que no, que solo lo haría este ya que los acompañaría a la cancha por disposición del Club para cerciorar que todo salga como lo planeado.

Ana solía ir a ver a Boca tanto de local como de visitante con su padre a la platea que le otorgaba el Club como trabajadora del mismo, pero esta vez irían por separado, cosa que no le molestaba a Ana en absoluto ya que, más allá de tener que trabajar, iría con Agustín.

El partido era a las cuatro de la tarde, y como Agustín vivía cerca de la cancha de Arsenal, el remís llegaría a las tres.

Recién era la una del mediodía cuando el hermano menor de Agustín empezó a sentir dolor de cabeza. María, preocupada le tomó la fiebre y al terminar, el termómetro marcó 38 grados. Agustín le propuso a María llevar rápido a su hermano al doctor antes de que llegue el remís, así después podrían ir todos a la cancha a ver a Boca, pero precavida y conocedora del tema, María ya sabía que su hijo tendría que estar en cama por lo que le dijo a Agustín que vaya a la cancha solo ya que ella se quedaría cuidando a sus hijos.

Agustín lamentó que la madre no lo deje ir al menos con su otro hermano a la cancha, ya que nunca iba con sus hermanos a ver a Boca, pero al darse cuenta que iría solo con Ana la idea no pareció disgustarle demasiado.

El remís ya había llegado y listo para irse Agustín se despidió de su familia teniendo que prometerles a sus hermanos que el domingo que viene irían a verlo nada más y nada menos a la cancha de Boca frente a River.

Cuando Agustín la vio a Ana fuera del remís esperándolo su corazón latió como nunca al ver lo hermosa que estaba. Al instante los nervios lo vapulearon y las palabras no le salían de su boca. A penas un hola entre cortado pudo decirle, pero cuando la saludó con un beso supo ya sin vacilaciones que estaba enamorado de Ana.

El viaje que duró poco transcurrió en silencio. Ambos se miraban de reojo cuando el otro se hacía el que miraba por la ventana, y al poner su mirada otra vez al frente, el otro se hacia el distraído mirando de nuevo hacia el costado.

El remís había llegado y los dos se encontraban solos a dos cuadras de la cancha. La charla entre ambos era inevitable, pero los dos tenían un tema en común para lidiar con los nervios y empezar a hablar, nada menos que Boca Juniors.

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