9.07.2010

Capítulo 18

Como era de esperar, la familia lo llenó de preguntas a Agustín cuando éste llegó a su casa. Todo era emoción y más que un sueño para Agus, parecía que era un sueño compartido por todos.

Ya entrada la fría tarde, Agustín decidió irse a lo de su amigo para contarle todo lo que le había pasado esa mañana.

Más allá de toda la alegría que sentía Agustín por lo sucedido, Agus le contó al Pelado todas las cosas que había hecho Ana para que él se sintiera cómodo y bien, y como era de esperar por la forma de ser del Pelado, no faltaron las cargadas.

Ana era una chica baja, de pelo castaño oscuro, de ojos marrones y de sólo veintidós años, tres más que Agustín que ya estaba cursando su último año del secundario.

Oriunda de La Boca y de familia trabajadora, Ana siempre quiso salir adelante y progresar en su vida.

Ana había conseguido el trabajo en el Club por medio de su tío que trabajaba en el museo de Boca y siempre desde abajo, logró tener cada vez, más responsabilidades dentro del Club.

Ya era de noche y todos en la casa se habían ido a dormir temprano menos Agustín que se quedó estudiando para el colegio cuando de pronto el teléfono sonó.

_ “Hola”, respondió Agustín casi en silencio para no despertar a su familia.

_ “¿Hola Agustín? Soy Ana, quería saber cómo estabas”.

_ “Ah, hola… bien bien, acá por irme a dormir. ¿Vos como estas, pasó algo?” Le respondió Agustín sorprendido por el llamado.

_ “No, no, quedate tranquilo… Nada más quería saber cómo estabas y como la habías pasado hoy”.

La voz de Ana delataba nerviosismo y la sorpresa lo paralizó a Agustín haciendo pausas entre las respuestas que le daba a Ana.

_ “Acá estoy, un poco cansado después de todo lo que pase hoy, pero feliz. Ah! Y te quiero agradecer por todo lo que hiciste hoy por mí, de verdad”. Pudo decir al fin Agustín entre un respiro que le dieron los nervios.

_ “No te preocupes, no hay de que, no me costaba nada. Bueno yo también me voy a dormir que ya es algo tarde. Te mando un beso Agustín”.

_ “Otro para vos Ana, chau”.

_ “Chau”.

Al segundo después de cortar el teléfono, Agustín se sentó en la mesa de la cocina y mientras su corazón latía como nunca lo había hecho, trató de descifrar el llamado de Ana, que a pesar de ser corto y nervioso, lo alegró.

Una sonrisa de par en par lo inundó por completo y por primera vez logró entender que le pasaban cosas con Ana y que las ganas de contarle a su amigo todo lo que ella había hecho por él, por algo eran.

Cuando Agustín había llegado a la casa, no había podido dejar de pensar en el gesto que había tenido Ana de llevarlo hacia la cancha por donde lo hacen los jugadores. El no lo sabía, pero el regalo de las entradas no era parte de un regalo del Club, sino que Ana lo gestionó así.

Esa noche, Agustín no pudo dormir pensando en su sueño y en Ana. Siempre que cerraba los ojos para tratar de dormirse, una y otra imagen aparecía en su cabeza.

Una semana larga de colegio lo esperaba a Agustín antes del fin de semana dónde daría la entrevista para la radio del Club y dónde iría a la cancha. Esperar era lo único que le quedaba hacer.

4 comentarios:

  1. que bueno peluca queridooo!!!!!

    cada capitulo te atrapa mas

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  2. subite el proximo!!!

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  3. Eeeepppaaaa...!!!
    Qué pasa Pedrín ???
    Parece que viene una historia paralela ;)

    Esto se pone cada vez mejor ehhh...???
    Big Foot

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