9.17.2010

Capítulo 24

Nacho, como le decían a Ignacio Calvo, era un ocho de recorrido y la gran promesa de las inferiores. Con solo 18 años se perfilaba como un futuro estandarte de la institución ya que había empezado a jugar en el Club desde muy chiquito.

Después de terminar de hablar con José Beraldi, Agustín se fue para su habitación mientras pensaba en el camino que decir si se cruzaba con algún jugador, pero fue en vano ya que todos estaban en sus habitaciones.

Agustín se sentía tranquilo al saber que compartiría la habitación con un chico de casi su misma edad, aunque fuera jugador profesional. Ya en la puerta pensó en golpear, pero finalmente entró sin hacerlo. Dentro, tirado en la cama y jugando a la Play Station, estaba Nacho.

Ambos se saludaron con un apretón de manos mientras Agus se presentaba como el ganador del concurso para que Nacho no piense que él era un extraño que entraba a su cuarto, y para sorpresa de Agustín, Nacho supo quién era.

Los dos se pusieron a chalar amistosamente sobre el concurso, pero Agustín tenía en la cabeza una cosa para preguntarle a Nacho. La pregunta más bien era un pedido, el cual le costó mucho a Agustín preguntárselo a Nacho. Agus quería conocer a todos los jugadores para que le firmaran su camiseta con el número treinta que tenía en la espalda.

Nacho accedió al pedido y con un “dale, vamos”, los dos empezaron el recorrido por las habitaciones.

La primera era nada menos que la del técnico Carlos Bianchi, que con aviso de Nacho, quizá no conteste porque estaba trabajando. Pero Nacho se animó a golpear igual y para sorpresa de Agustín Bianchi les abrió la puerta.

_ “Si Nacho, ¿Qué necesitas?” Le preguntó amablemente Bianchi.

_ “Le quiero presentar a Agustín que ganó el concurso para concentrar con nosotros”

_ “Ah, por fin conozco al dichoso ganador. ¿Cómo estás Agustín?” le preguntó simpáticamente Bianchi.

_ “Bien señor, es un placer conocerlo. ¿Le puedo pedir un solo favor señor? Dijo temerosamente Agustín.

_ “Si, decime”.

_ “¿No me podría firmar la camiseta por favor?”

Y soltando una carcajada Bianchi accedió amablemente para después decirle a Nacho que le permitía presentarle a Agustín a todos los jugadores.

Los dos pasaron por todos los cuartos y todos los jugadores accedieron amablemente al pedido de Agustín para que le firmen su camiseta, la cual él tendría puesta el día del partido.

Faltaba una habitación, y justamente era la que compartían Palermo y Riquelme, y en vez de entrar como hizo en todos los cuartos, Nacho golpeó primero.

Una persona alta les abrió la puerta y ahí estaba Palermo. Riquelme estaba sentado mirando para la puerta tomando mate. Parecían que los dos estaban hablando del partido de mañana frente a River.

Nacho les presentó a Agustín y después de saludarse con Palermo, Román se rió recordando aquella vez donde Ana los había presentado.

Riquelme se levantó de la cama y fue al encuentro de Agustín recordándole el poema que Agustín le había dado y dijo haberle gustado mucho.

En ese instante Palermo se rio amigablemente preguntándole a Agustín si él era escritor, y Agus respondió que solo escribía cada tanto.

Palermo y Riquelme los miraron como despidiéndose ya que estaban hablando de la táctica que iba a utilizar el equipo frente a River al día siguiente y Agustín no se animó a pedirle que le firmaran la camiseta.

Nacho y Agustín se fueron para su habitación. Habían arreglado previamente jugar un torneo con la Play Station, justamente con Boca.

El sueño había empezado de la mejor manera y Agustín se sentía la persona más feliz del mundo tras haber conocido a todo el plantel de su tan querido Boca.

3 comentarios:

  1. Me leí tres capítulos al hilo Pedrín...!!!
    Parece que ya vamos llegando al gran momento.
    Bueno... a ver cómo te las arreglás ehhh...???
    Mirá que te tenés que lucir pibe ;)

    Big Foot

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  2. tremenda historia muy bostera

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  3. sigue excelente peluca

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